¿Desde cuándo somos Internet?

Desde cuándo somos tú yo y el Internet.

Si alguien despertara de un coma, con más de 25 años de sueño profundo, preguntando ¿qué es el Internet? Y nuestra respuesta sería:

 “Es un conjunto descentralizado de redes de comunicaciones interconectadas, que utilizan la familia de protocolos TCP/IP, lo cual garantiza que las redes físicas heterogéneas que la componen constituyen una red lógica única de alcance mundial” 

Seguramente entendería bastante  poco.

Ahora bien, si nuestra respuesta se detiene en explicar qué es el Internet desde el punto de vista social y todas sus repercusiones en nuestra actualidad, ¿creen que sería una respuesta menos compleja?.

Más complicado sería explicárselo, sin buscar en Google, mostrarle un vídeo o meme que lo describa a la perfección. Entonces con tan solo darle un teléfono móvil conectado a una red, con acceso a varias redes sociales, un asistente y un buscador, podemos cumplir nuestra misión, así esa persona se daría cuenta de que hoy por hoy, Internet lo es todo, está presente en cada paso que damos, lugar que visitamos, vive en nuestras casas, es el amigo que siempre quisimos y muchas cosas más que no caben en un solo post.

¿Desde cuándo y cómo llegó a nuestras casas?

La Sala web. Una historia corta.

Hace más de 20 años, un amigo me invitó a pasar una tarde especial, pero antes me dijo: Vamos a hacer algo que está de moda, entonces lo voy a anotar en esta hoja de papel de mi libreta de cosas qué hacer, para que no se nos olvide, porque son varios temas que se me pueden pasar por alto (esto sonaba a tareas de la universidad, pensé), la nota listaba:

1- Abrirle correo hotmail.

2- Enviar un correo.

3- Conectarla al msn.

4-Abrirle una libreta de contactos, con los míos.

Su cita claramente era para enseñarme a abrir un correo electrónico y enviarme 100 cadenas al día con información algo relevante. Pensé en su momento que si él necesitaba anotar algo en su libretita, entonces esa actividad no representaba nada divertido, ¿era como estudiar?, 

¿pensé que sería algo divertido?, la verdad es que estaba curiosa, la sensación de aburrimiento se relacionaba más es el recurso que pretendía usar mi amigo para enseñarme algo divertido; es que usar una libretita para anotar cosas que se supone eran divertidas, no hacían match con mis conceptos, pero en fin, la cita culminó con saldo positivo, esta servidora siendo dueña y señora de un flamante correo electrónico que aún conservo y uso, así como un par de horas amenas desde una fría sala web de un centro comercial.

La cita se volvió recurrente, ya íbamos los sábados por la tarde al mismo sitio, él en su máquina y yo en la mía, juntas para husmear en la pantalla del otro, cuando llegara un correo gracioso, o alguna persona nueva entraba al MSN. Esa rutina cambió con el tiempo y empecé a ir con otros amigos, hasta que empecé a acudir yo sola, de este modo descubrí algo más allá de la simple diversión, no lo hacía ya por cumplir caprichos comunitarios de la amistad adolescente, sencillamente lo necesitaba.

No voy a darme la tarea de explicar qué es una sala web, pero básicamente se trataba de un sitio donde pagabas por utilizar el Internet, ¿y qué era el Internet en ese momento? Una simple diversión, una ventana muy pequeña donde nos comunicábamos con algunos y buscábamos información, también se usaba parcialmente para estudiar y no mucho más.

La idea de tener un ambiente como el de la sala web en tu casa, era algo trastornada, se podía comparar con la loca suposición de tener una sala de máquinas de arcade (por la que también pagabas por horas en un centro comercial) en tu habitación, una cosa casi que imposible para aquel entonces. Pero pasó, el sueño se hizo realidad y aquí estamos.

La super autopista no tenía un acceso fácil.

Esos momentos de pasársela bien, ver todo el día MTV en la conexión por cable satelital, levantarse tarde y más detalles de la vida adolescente, tuvieron su fin, cuando nos tocó ir a la universidad y a muchos, alternar el estudio con el trabajo. Pero algo bueno había, era el hecho de ir a una oficina con una computadora asignada con conexión a esa mega autopista de la información. En las universidades existía la conexión a Internet desde los dorados años 2000, pero se limitaba al estudio, entonces solo se podía revisar el correo electrónico y accesos a la documentación de la universidad, lo cual era bastante lógico. El problema siempre surgía en la oficina, cuando el departamento de informática establecía privilegios de conexión y en lenguaje coloquial, bloqueaban páginas populares, en fin, momentos de decepción y una crítica al departamento, pensando en cómo nos afectaba esa pérdida de privilegios y siempre era de las que opinaba, que con más accesos a la información, podía ser más productiva (afortunadamente el tiempo me dio la razón) y no perder el tiempo, como pensaban todos los jefes.

Como parte de la evolución del medio, a alguien se le ocurrió que todos teníamos ese derecho, cualquiera podía hacer uso del Internet en su casa, ¿y por qué no?, era una pregunta frecuenta rondándome la cabeza, entonces parece que ante ese pensamiento universal, de pronto se abrieron las puertas y dejaron fluir la corriente, todos lográbamos usar un teléfono casero como modem, entonces no se hizo la luz, sino El Internet. Para hacer el cuento corto, cuando alguien utilizaba el Internet el teléfono de casa sonaba ocupado, entonces tocaba construir una especie de Turnos en casa, donde no se levantaba el teléfono mientras alguien navegaba por Internet. Bueno, eran momentos complicados, aunque en ese entonces la web no era lo que hoy, las páginas eran sencillas y la experiencia de usuario básica, similar a manejar un carro con dirección mecánica, pero sin duda una experiencia mágica, el poder iniciar una sala de chat o leer un artículo informativo.

Pero la luz no se apagó, sino que brilló con más fuerza y llega a nuestra casa la posibilidad de apretar el pedal de la velocidad, la refrescante Banda Ancha. Con ella, la llegada de un modem que no interrumpía la conexión telefónica, ya no tenías que esperar a quedarte solo en casa para navegar, sino que lo podías hacer sin molestar ninguna otra tarea doméstica, como dejar que tu madre hable con sus amigas, sobre ese fenómeno raro llamado Internet.

Pero como todo, lo bueno siempre cuesta y en este caso, costaba mucho dinero. Una conexión banda ancha elevaba la cuenta telefónica, entonces a muchas personas interesadas en no desconectarse jamás de este nuevo boom, les tocó organizar contratos con sus familias, acuerdos de pago del tipo: Yo pago la cuenta del teléfono, pago la banda ancha, etc.

De pocas cosas me acuerdo tan claramente, como el día que llegó el internet a mi habitación, aún resultaba inexplicable cómo llegué ahí, pero el Internet vino para quedarse en nuestras vidas. Empezaron a surgir nuevos elementos a ese modem, con accesos para toda la casa y pues ya de ahí en adelante, el acceso se volvió más fácil.

Salas de chat, Foros y Youtube.

Estar en tu habitación y hablar con alguien de otro país, aprender palabras en otro idioma, enterarte de las noticias que no salen en los medios más populares de la TV, ver vídeos de tu banda favorita antes que en MTV, expresar tu opinión en un foro, sobre esa banda, era lo que pasaba en el inicio del Internet doméstico.

Las salas de chat eran tendencia por ahí en los inicios de las conexiones domésticas, hablar con gente que no conoces (sin fotos) aportaba algo nuevo a tu vida, pues hasta ese momento, hablar con alguien desconocido, solo ocurría en los primeros días de clase o trabajo.

Ser miembro de un foro, donde miles de personas hablaban de lo mismo, era como entrar a un salón de la escuela secundaria sin ninguna segmentación de tribus urbanas.

Y si recordamos ese inicio mágico de YouTube, donde podías repasar esos temas de lo que hablabas con tus amigos del chat, foro, pero con vídeos (¿cuán increíble podía ser esto?). Este recurso resultó ser más determinante para el análisis de la evolución del Internet, pues le da otra forma de disfrutarlo, ahora no solo entrabas a chatear o leer las cadenas de correos, ya se trataba de reportar horas de reproducción, bien sea para educación, enterarte de la tendencia, apoyo a tus ídolos modernos, con un acceso casi premium, (no premium).

La evolución del chat, pasó por uno muy trascendental llamado IRC, con el tiempo surgieron algunos más, pero quien se llevó la batalla final, marcando luego el camino a la mensajería como un medio distinto al tradicional con telefonía móvil, sería el Messenger de Microsoft. Para ese entonces, todo ser humano que respiraba y usaba el Internet,  gozaba de las mieles de ese recurso. Todos teníamos un msn. Luego un espacio para compartir fotos, música y el boom de Facebook, pero ese fue el inicio para que las empresas se dieran cuenta de la evolución en las comunicaciones, la necesidad de conectarse con algo más instantáneo.  A esa historia se le suma unos años más allá el pin de BBM, hasta lo que conocemos hoy.

Es increíble pensar que la base de donde partió el Internet, sigue extendida en la mesa; una comunicación efectiva, sistemática y organizada, los recursos que antes eran accesibles por pocos, como los vídeos, ahora corren como el agua en nuestra rutina diaria (casi como el skincare) sumándose cada día más ideas, pero manteniendo la misma esencia, la cercanía a la información compartida con una comunidad.

El capítulo de las redes sociales.

Con unos cimientos fuertes, que han permanecido en el tiempo, el Internet se propagó en el mundo con intenciones comerciales, todo hay que decirlo, pero dejando más ventajas de lo que representaría medios como la televisión, por ejemplo. Ya el usuario podía decidir efectivamente qué ver, esto es determinante en la evolución y da respuestas a muchas de las diatribas que surgen hoy con los medios tradicionales. Podemos ser ¿libres? Al decidir qué idea publicitaria atacaría a nuestra red neuronal, en eso estamos trabajando aún, pero lo que sí se abrió fue la rendija del dinero en la red, con la llegada de las redes sociales, se hizo todo más fácil para el marketing.

Es que segmentar y etiquetar parece ser un objetivo en el marketing, con la excusa limpia del “Contenido es el rey” se compra la idea sencilla de esclarecer los caminos del comercio en la web, ligado estrechamente al entretenimiento. ¿Y cómo se llega a ese camino? En aquel momento la respuesta llegó vestida de blanco y casada con la idea de la red social.

Las primeras se asomaban bastante divertidas, dirigidas netamente al adolescente promedio, luego la idea tomó forma, alguien parece haber encontrado la fórmula mágica de llamar la atención de miles de personas, diferenciando esas tribus urbanas, como se veía en los foros, pero con más cercanía, manteniendo el principio de comunicación instantánea y agregando más eventos como un “Me gusta” para que la vida social en Internet viera la luz, que al principio tenía sentido en forma de chat, pero ahora tiene pinta de que somos como la superestrella que seguimos en el YouTube de 2006.

Las redes sociales hoy por hoy son una fuente de información, para unos veraces, para otros no tanto, pero siguen un patrón de mostrar a un usuario que se interesa por resumir una historia en una foto o vídeo, y cambiar así de parecer, reforzar o mantener sus ideas. Muchos opinan que las redes pueden aportar confrontaciones tóxicas a nuestras vidas, otras encuentran el maná del cielo; lo cierto es que cada universo tiene su público, detractores y defensores, pero en la actualidad es un recurso que acompaña las rutinas del ser humano, para bien o para mal, acompañando al Internet en su historia.

¿Son tóxicas las redes sociales? Pues al tratarse de comportamiento humano en su máxima expresión, siempre tendrá una visión compleja, tanto como nuestra anatomía cerebral, no por nada el marketing de hoy estudia las redes neuronales del cerebro, basándose en esta relación: Dinero-manipulación cerebral, algo muy similar a lo que se inició con la televisión, pero la diferencia es que ahora podemos: Bloquear, silenciar, decidir qué publicidad ver, denunciar, participar en temas sociales/comunitarios, aportar ayuda a quien lo necesita, más un sin fin de actividades; entonces como todo suele ser relativo, hasta qué punto podemos despertar de la manipulación del marketing, amenos esquivar esas balas para que tengan el menor impacto posible.

¿Solo para millennials?

Y bueno, esto es el Internet, de esto se trata, cerramos el post.

La verdad es que el Internet es más que una red social, un foro y la cercanía con nuestros ídolos. Es un efecto que causa conciencia, positiva y negativa, en la sociedad actual. Me siento como cuando a Neo le explicaban lo que era es la Matrix: Lo es todo. Sin duda esa sería la respuesta a la pregunta inicial de este post: “Es todo lo que ves construido a tu alrededor” agregando un argumento que suele ser más profundo, pero podría empezar por ahí.

Y si nos preguntamos, ¿Para quién es el internet? Así como comentamos en diciembre que “La navidad es para los niños” podemos decir hoy por hoy, que ya el Internet está abierto para todo público. 

Ni hoy ni nunca estuvo dedicado únicamente para jóvenes, tampoco los millennials son los padres o hermanos mayores que llevan la batuta en esta relación; tú, yo, tus padres, hermanos menores, mayores, ancianos y hasta perros, son usuarios habitantes de este domo. Una linda muestra de ello, es la cantidad de nuevos usuarios que ascienden a los 60 años, cifras que van en aumento por cada palabra que lees de este post. Ningún productor de la TV moderna se  imaginó este hecho, segmentar el contenido por edad es lo que dominaba el mundo de los medios de comunicación, hasta que llegó el Internet con su intención de tapar al mundo con la misma frazada. Y es que hasta la fecha, el contenido sigue siendo el rey para generar compromiso con los usuarios, sin importar la edad, es muy raro pensar, cómo la evolución de un medio fue capaz de no dejar a una generación olvidada, sino que incluirla.

¿Qué encontramos hoy en internet?

La idea principal sigue en pie: Información y comunicación instantánea. 

Seguimos usando el medio para lo mismo del principio, la misma intención que había en aquella sala web fría del centro comercial, han pasado más de 20 años sin cambiar el rumbo, buscamos respuestas, queremos saberlo todo, entretener un momento aburrido o absurdo, pero el internet ha sido definitivamente más que eso. 

El conocimiento es libertad, mucho más cuando es masivo. Gracias a estar despiertos a la información, nos hemos enterado de lo que sucede al otro lado del mundo, la manipulación al individuo no ha cambiado, pero sí ha surgido un despertar de conciencia con temas delicados, se han ganado luchas sociales que han marcado huellas en la humanidad, sin derramar una gota de sangre. Si bien nos seguimos extinguiendo con argumentos radicales, la globalización ha dejado muchas marcas positivas gracias a la propagación de las buenas noticias en Internet, dejando claro que es necesario abrirse a un nuevo destino, aprendiendo que lo sucedido en el pasado, no siempre fue lo más necesario, tampoco lo correcto.

Suele dar escalofríos el imaginarse el momento presente sin el Internet de hoy, hay detractores de esta premisa, mucha gente incluso aseguran ser más felices cuando se desconectan de sus redes sociales, otros no acompañan esa opinión, asegurando que al estar en todos lados, (como la matrix), el internet nos asegura ideas de liberación, al estar conectados y vibrando con todo lo que respira a nuestro alrededor.

Soy real,  Educar el paladar.

Con las redes sociales, nos hemos logrado ver en los ojos de los demás. Si enmarcamos esto en el plano positivo, muchas personas han alcanzado salir de enfermedades mentales, siguiendo la vida de otra persona, tomando el sitio reflexivo de aquellos que intentan compartir la cara positiva de sus influencias. Volteando la moneda al sello negativo, lamentablemente muchas más, se han dejado caer en las corrientes nefastas y negativas de ese generador de contenido.

 De los creadores de “las malas influencias” llega “soy real” y es que cada día hay más conciencia en las redes de quienes somos y qué mensaje estamos recibiendo. Hay países que han legislado el deber de informar cuándo una foto está manipulada para parecer menos real, se espera que esto cobre fuerza y muchos más se sumen, aun así es cierto que es una lucha bien difícil, filtrar a esa persona que aporta un rol de perfección en las redes, pero la tendencia parece ir a favor de los que abren los ojos al mundo real, donde no está mal no aspirar a ser el manager, olvidarse de la mente de tiburón, ganar un salario promedio, no ser tu propio jefe, no viajar ni tener el móvil del año, tampoco una novia modelo.

Cada proyecto de red social que tiene éxito, deja libertad para experimentar la educación de su algoritmo, todo enmarcado en el marketing, pero ¿Por qué no tomamos parte en esa configuración? Solo hay que tener un poco de curiosidad y ponerse en el lado opuesto, determinar qué les entrego al registrarme en la plataforma, qué derechos les doy, así complacer mis ganas de programar a esos algoritmos a mi favor, de esta manera ponemos en práctica eso que vimos en las películas de ciencia ficción, cuando los seres humanos pudieron dominar a las máquinas, ¿O eso no pasó?

Este post no pretende dar una opinión radical frente al Internet, todo lo contrario, solo necesitaba compartir mi historia con este medio.

Suscríbete a mi canal de Telegram Aquí 😉

Y a mi lista de correos Aquí 🙃